jueves, 4 de junio de 2009

El fin es mi principio


Como todos los primeros viernes de mes, va a tener lugar en la Biblioteca Séneca de Nueva Acrópolis de Cádiz una nueva sesión de la tertulia del Club del Libro.

Esta vez se comentará el libro "El fin es mi principio" del autor italiano Tiziano Terzani, editado en castellano por Editorial Maeva en Noviembre de 2007.

La idea de escribir el libro la tuvo el escritor en Marzo de 2004, cuando ya sabía que el proceso canceroso que padecía estaba llegando a su final. Por este motivo, decide reunirse con su hijo Folco, manteniendo con él una serie de conversaciones a través de las que pretende transmitirle su visión de la vida. Terzani rememora los hechos que han conformado y marcado su existencia desde su humilde nacimiento en la ciudad de Florencia, y lo hace con la serenidad que le proporciona la visión espiritual que ha adquirido durante su estancia de tres décadas en Asia. Habla de su labor como corresponsal de guerra, de sus contactos con la espiritualidad china, india y tibetana y de sus intentos de comprender a aquellos que no tienen una visión del mundo cercana a la que tenemos en Occidente, y que es tan válida, al menos, como la nuestra.

A través de su mirada comprometida y comprensiva de las diferencias intenta transmitir a su hijo su insaciable curiosidad y amor por el mundo y los hombres que lo habitan. Así, termina diciendo "si me preguntas qué dejo al final, dejo un libro que quizás pueda ayudar a alguién a ver el mundo de un modo mejor, a disfrutar más de su propia vida, a verla en su contexto más amplio, como el que yo siento con tanta fuerza".

Tiziano Terzani


El periodista y escritor italiano Tiziano Terzani nació en Florencia en 1938, en el seno de una humilde familia de la ciudad, y murió en Onsigna, enfermo de cáncer, en 2004.
Estudió Derecho, pero nunca ejerció como jurista, pues su verdadera vocación fue el periodismo. Desde 1972, durante 25 años, fue corresponsal en Asia del diario alemán "Der Spiegel", aunque también trabajó para los diarios italianos "Corriere de la sera" y "La Repubblica" y para el semanario "L'Espresso".
Su labor periodística le llevó a asistir a la caída de Saigón al final de la guerra del Vietnán, a relatar la inmensa labor humanitaria desarrollada por la madre Teresa de Calcuta, a contemplar la callada misión espiritual realizada por los monjes lamaistas en los recónditos monasterios del Tibet o a seguir la evolución de la China maoista con mirada crítica, motivo por el que en el año 1984 fue expulsado del país por las autoridades comunistas.
Vivió en Pekín, Singapur, Tokio, Hong-Kong, Bangkok y Nueva Delhi, pero, tras abandonar su trabajo periodístico en 1997, se retiró a las faldas del Himalaya en su vertiente hindú.
Su estancia en Asia le influyó notablemente, hasta el punto de adoptar como propia la visión profundamente espiritual de los hombres de Oriente. En este sentido decía: "Hay que comprender los motivos del otro y ser respetuoso con las demás formas de ver el mundo. En Occidente no tenemos ni el monopolio sobre la cultura, ni el monopolio sobre la dignidad de la mujer, ni el monopolio sobre la sabiduría". No tenía una religión definida, pero la forma religiosa que más le impactó fue el taoismo.
Ha escrito varios libros, pero sólo tres han sido traducidos al castellano. Los dos primeros "Un adivino me dijo" (2003) y "Cartas contra la guerra" (2003) están formados por textos procedentes de su trabajo como corresponsal; el tercero "El fin es mi principio" (2004), realizado poco antes de su muerte, quiere ser el legado que el escritor deja a la humanidad.